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Nueva píldora. Léanla media docena de veces todas aquellas personas que alberguen el siniestro propósito de reproducirse.

LA REPRODUCCIÓN DE LA ESPECIE

Pueblos del mundo, extinguíos/dejad que continúe la evolución/esterilizad a vuestros hijos/juntos de la mano hasta la extinción.

SINIESTRO TOTAL, Pueblos del mundo  

Destroy another fetus now/We don´t like children anyhow/I´ve seen the future, baby/It is murder.

LEONARD COHEN, The future

Dentro de unos treinta años, un brillante científico alemán, gran jugador de ajedrez y malthusiano acérrimo, inventará, tras varios fracasos en su lucha por crear el soma, la máquina perfecta para eliminar la superpoblación. No será un arma nuclear, sino un microchip casi invisible, al que su creador llamará el Profeta, que será implantado en el cerebro de las embarazadas y sólo se activará durante las horas de sueño, produciendo miles de imágenes al día, siempre las mismas, hasta que la madre esté realmente en disposición de decidir si su criatura ha de vivir o morir, es decir, hasta que haya visto todas las enfermedades que padecerá su hijo y cuál lo matará, en qué mundo habrá de vivir, qué lugar ocupará en la pirámide, cuán cerca o lejos se quedará el vástago de lo que ella espera, cómo serán sus relaciones con sus semejantes y qué quedará de él cuando haya muerto. El Profeta estará programado para obviar los momentos de gloria si son clara minoría, pues sabido es que éstos enternecen mucho, y tendrá tanto éxito que de aquí a cuarenta años el número de embarazos que acaben en nacimiento apenas llegará al 10% del total. Por ello, los mismos que encargaron y pagaron el invento acabarán deshaciéndose tanto de él como de su creador, una vez empiece a escasear realmente la mano de obra.