Mucha prisa se dieron nuestros nunca lo bastante admirados responsables culturales en cerrar la antigua Filmoteca, en la que tantas horas de buen cine hemos pasado algunos. Ocurrió el pasado 21 de noviembre. Algunas semanas después, no sólo no se ha inaugurado la nueva sede (en pleno barrio del Raval), sino que ni siquiera hay fecha para el (re) estreno. No hay que olvidar que la nueva Filmoteca debió entrar en funcionamiento allá por el año 2007, en el que todos éramos cuatro años más jóvenes y el anuncio de la inminente crisis era únicamente patrimonio de los eternos aguafiestas. Hoy, la nueva sede aún no está, aunque se la espera. ¿Filtraciones de agua, adecuación del entorno? Chapuza importante, en todo caso. Una más, siempre se ha respetado demasiado a los zotes en estas tierras. Buena prueba de ello es que los autores de esas chapuzas (o de las fiestas a cuenta de la caja común) casi nunca pagan por ellas. Esperemos que, por fin, la nueva Filmoteca inicie en breve su andadura y, ya puestos, dada la zona en que se ubicará, sugiero que el primer ciclo programado sea uno de películas de Charles Bronson en plan justiciero. Los cinéfilos siempre agradecen que lo visto en la pantalla les sea luego útil en la vida real.