MICHEL PETRUCCIANI. 2011. 98´. B/N-Color.
Dirección : Michael Radford; Guión: Michael Radford; Dirección de fotografía : Sophie Maintigneux; Montaje : Yves Deschamps; Diseño musical: Olivier Le Vacon; Música: Michel Petrucciani. Producción: Réjane Michel y Catherine Grel, para Les Films d´Ici (Francia).
Intérpretes: Michel Petrucciani, Tony Petrucciani, Eugenia Morrison, George Wein, Dr. Georges Finidori, Alain Brunet, Joe Lovano, Judi Silvano, John Abercrombie.
Sinopsis: Documental sobre la vida del pianista de jazz francés Michel Petrucciani.
Felicito a Michael Radford por haber realizado un documental sobre un pianista de jazz perfectamente disfrutable incluso si no te gusta ese estilo musical. De hecho, el director británico ha confesado que no conocía a Petrucciani cuando le ofrecieron rodar la película, factor que en principio debería ser un problema y se convierte casi en virtud. Esta frase resume también la vida del biografiado, quien, pese a padecer una minusvalía severa que llevaba aparejado el enanismo, supo convertirse en un pianista creativo y genial, hasta el punto de ser el primer jazzman europeo contratado por Blue Note, quizá el sello discográfico más emblemático del jazz norteamericano, y de llegar a ser conocido y admirado por muchas estrellas del género tras cruzar el Atlántico.
El film explica la vida del músico francés de forma lineal, incluye muchas declaraciones del propio protagonista, y se centra en tres puntos básicos: la enfermedad, la música y la vida amorosa del pianista, que por cierto fue bastante agitada. La primera marcó su vida, sin duda, aunque Petrucciani tuvo el mérito de negarse a ser un minusválido y dedicarse a vivir igual que tocaba, con rapidez e intensidad. Por la pantalla desfilan familiares, ex-mujeres, doctores y compañeros de profesión, y todos ellos aportan diferentes puntos de vista, a veces contradictorios entre sí, sobre la exagerada y corta vida del virtuoso francés. No se esconde la cara oculta del personaje, su egoísmo, sus coqueteos con las drogas o su forma de utilizar a la gente que le rodeaba, pero la película tampoco se recrea demasiado en eso, en contra de las modas de la época, porque lo importante es la música, la creatividad de un hombre que medía la mitad que casi todos y vivió el doble que la gran mayoría pese a morir con tan sólo 36 años. El film, muy completo y realizado con extrema pulcritud, está para mí resumido en una frase del guitarrista John Abercrombie (con quien Petrucciani grabó el magnífico tema One for us): «Hay gente que vive 80 ó 90 años y no produce nada. Mira todo lo que él hizo, sin llegar a cumplir los cuarenta».En definitiva, un muy buen documental, que ha supuesto mi primera visita de este año al Festival In Edit, para mí uno de los eventos culturales más interesantes que se celebran en Barcelona a lo largo del año. La prueba de que el film es bueno es que todos los presentes aguantamos la proyección con estoicismo y sin chistar, pese a que el aire acondicionado de la sala se había estropeado y el ambiente era más propio de una sauna que de un festival de cine.