
PAUL McCARTNEY & WINGS: ONE HAND CLAPPING. 1974-2024. 67´. Color.
Dirección: David Lichtfield; Guión: David Lichtfield; Dirección de fotografía: Howard Sharp y John Druce; Montaje: Brian Huberman; Música: Paul McCartney; Producción: Paul McCartney, para MPL Communications (Reino Unido).
Intérpretes: Paul McCartney, Linda McCartney, Jimmy McCulloch, Denny Laine, Geoff Britton, Howie Casey, Geoff Emerick, Del Newman, Tuxedo Brass Band.
Sinopsis: Película que ilustra la grabación, en 1974, de One hand clapping, de Paul McCartney y los Wings, en los estudios de Abbey Road.
David Lichtfield, un cameraman con experiencia en efectos visuales, fue el escogido por Paul McCartney para filmar unas sesiones de grabación que el antiguo miembro de los Beatles realizó en los legendarios Abbey Road Studios de Londres con su banda de entonces, los Wings. Tuvo que pasar medio siglo para que ese trabajo viera la luz de manera oficial.
One hand clapping es un fantástico retrato del momento dulce de una banda que, superada la presión de las inevitables comparaciones con los Beatles, fue protagonista a ambos lados del Atlántico de una década particularmente fértil en cuanto al arte se refiere. Como el propio McCartney expone en la introducción que da paso a las sesiones, la llegada al grupo del notable (y malogrado) guitarrista escocés Jimmy McCulloch y del percusionista Geoff Britton imprimió nuevas energías a una formación que entró en Abbey Road con la idea de preparar el repertorio para un álbum en directo que, finalmente, no se llegó a publicar. El grupo interpreta canciones nuevas, éxitos propios y versiones, incluido un medley de dos piezas de los Beatles, The long and winding road y Lady Madonna. McCartney ejerce de líder tranquilo, y la banda suena muy bien desde los compases iniciales, en los que interpreta Jet, una de las mejores canciones del de Liverpool a juicio de quien esto escribe. Por encima de cualquier otra cosa, se da prioridad a la música, sucediéndose una tras otra piezas que, en muchos casos, forman parte de la historia de la música popular. McCartney canta, toca el bajo o los teclados, su esposa Linda se centra en este último instrumento y aporta voces, y Denny Laine, a la guitarra rítmica (o al bajo, cuando el líder no se hace cargo de él), le da cohesión al conjunto. Se incluye una sección en la que McCartney interpreta varios temas en solitario, en la línea del primer disco que grabó después de la separación de los Beatles.
David Lichtfield, en mi opinión, abusa de los primeros planos en las tomas del estudio, lo que da un cierto aire claustrofóbico a un marco ya de por sí opresivo, que no se corresponde con el buen estado de ánimo que transmiten los músicos. Al margen de esto, la labor del ocasional director es correcta.
Al final, un regalo que los fans de McCartney, y de la música en general, agradecerán: se trata de las sesiones del patio, en las que el líder de los Wings, con una guitarra y un micro, se coloca en la trastienda de los estudios e interpreta éxitos de Buddy Holly y Eddie Cochran, dos de sus principales influencias, así como algunas canciones propias, que incluyen el clásico de los Beatles Blackbird. Lo que transmite ese epílogo sólo se puede describir como un ejercicio de musicalidad pura de alguien con un talento especial para componer canciones.
One hand clapping es una magnífica forma de ver en acción a una gran banda de rock en su mejor momento. Vista hoy, queda claro que la degeneración de la especie no había llegado aún a la música.